Retorno a los clásicos
de aventuras
César Mallorquí rinde homenaje
a Julio Verne y a los grandes autores clásicos en La isla de Bowen.
A José Mallorquí, autor de las
novelas de vaqueros del Coyote, le gustaba sacar los nombres de los personajes
de una antigua edición de un libro sobre
la batalla de Trafalgar trufado[i]
de listas de muertos en la contienda. Hoy su hijo, César Mallorquí (1953),
autor de novela juvenil, es el dueño del ejemplar y prosigue esa práctica,
aunque no ha bautizado a muchos de sus protagonistas con nombres anglófonos[ii].
Lo son algunos de los héroes de su novela La
isla de Bowen, con el que ha cosechado fantásticas críticas y obtenido
premios juveniles (Edebé o el Templo de las Mil Puertas). Lo redactó en su piso
de Aravaca, un barrio residencial a las afueras de Madrid, atiborrado de 25.000
libros. “Mi mujer no me deja poner estanterías en los pasillos, la cocina o el
baño”, se lamenta el autor, que colecciona galardones juveniles (Gran Angular,
tres veces premio Edebé). Así que guarda cajas y cajas almacenadas como le
ocurrió a su padre que hubiese cumplido
100 años el pasado febrero. Por el trabajo del rey del Western[iii],
también guionista radiofónico, el hijo abandonó su Barcelona natal para
asentarse en Madrid y nunca se ha movido.
Su despacho es un puro cachivache.
Colecciona caleidoscopios, robots de lata, figuras de Tintín y superhéroes, y
libros de consulta porque odia dejar
cabos sueltos. “Para que un lector se crea lo que se le cuenta, aunque sea una
historia fantástica, no puedes fallar en los detalles. De la moda, de las
costumbres, los precios de las cosas…”, piensa el autor elegido por la
Biblioteca Nacional para celebrar este año el día del libro infantil y juvenil.
La isla de Bowen, un libro de
aventuras cada vez más trepidante, atrapa al lector desde la primera página. “Aunque
he querido vincularlo a los clásicos de aventuras de siempre, el comienzo es
como el de un policiaco. El lector de ahora no resiste un prólogo larguísimo,
como los de antes, en el que no pasa nada. Si no pica el anzuelo pronto –esta vez
con un muerto- lo deja”.
Mallorquí ha estudiado con
precisión el mundo de los barcos para escribir este homenaje a Julio Verne –con
especial referencias a 20.000 leguas de
viaje submarino y Viaje al centro de
la Tierra- y a los grandes autores clásicos: H. G. Wells, Conan Doyle o
Joseph Rudyard Kipling. Temía hacer una copia y caer en el “pastiche”[iv],
así que la trama no la sitúo en la mitad del siglo XIX sino en el XX. Gira en
torno a cuatro elementos –un barco, una isla, un volcán y un dirigible- y se
desarrolla entre España, Reino Unido y Noruega. “No lo he escrito pensando en
un perfil sino lo que querría leer. Y gusta casi más a adultos que a adolescentes”. De hecho la
cubierta del libro huye de la estética juvenil.
Su ordenador, pegado a la
ventana, es también hoy una de sus fuentes de consulta. “Me documenté muchísimo
para La isla de Bowen y vi un
documental de la Antártida en You Tube, y me abstraje tanto que llegué a
asustarme. Sentí cómo el agua helada rozaba el anorak”.
Elisa Silió. El País. Babelia 25.05.13
[i] Trufado:
metafóricamente, estar relleno, como se rellenan los pavos y aves de trufas.
[ii] Anglófonos:
que suenan a la lengua inglesa.
[iii]
Western. Palabra inglesa que significa “oeste”. Aquí se trata del género de
aventuras de vaqueros.
[iv]
Pastiche: Imitación o plagio que consiste en tomar determinados elementos
característicos de la obra de un artista y combinarlos, de forma que den la
impresión de ser una creación independiente.
RECOMENDAMOS DE LA BIBLIOGRAFÍA DEL AUTOR: LA CATEDRAL
Se trata de una novela de aventuras ambientada en la Edad Media en la que un joven aprendiz de escultor debe realizar un viaje emocionante que le cambará la vida y le enseñará muchas cosas. Tiene misterio, terror, amistad. Es interesante para conocer la labor de los arquitectos, escultores de la Edad Media y el mundo de los Masones. Está muy bien ambientada y el ritmo narrativo es rápido con lo que puedes perfectamente sentir cómo los acontecimientos te devoran y te arrastran hasta el interior de las páginas convirtiéndote en un personaje más. El final se hace tan trepidante que no podrás dejar de leer.
No evita aquellos rasgos de moda entre los adolescentes como la aparición de Templarios y asesinatos para aderezar la historia de por sí interesante.
Como ves, está en varias editoriales con lo que puedes escoger la que más te convenga y al ser una obra que ya cuenta con algunos años puedes encontrarla en las Bibliotecas dentro de la sección juvenil. Yo la recomiendo para alumnos de 3º ESO ya que en el curriculo de Lengua española y Literatura se han visto las tendencias literarias de la Edad Media y ayuda a la comprensión de la época. Sin embargo, pueden leerla adolescentes un poco más jóvenes y alguno más mayor porque capta bien.
Animamos a que no os perdáis las aventuras de Telmo Yáñez y sus amigos.
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